Los mejores microrrelatos en español… y una historia de 6 palabras
Hola, hola, hoy vamos a hablar de microrrelatos. Son historias hiperbreves pero capaces de hacerte vibrar, de provocarte una emoción intensa. ¿Pero cómo de breve debe ser un microrrelato? En muchos concursos, el máximo son 25 o 30 líneas, pero no hay un límite claro.
A mí personalmente me gustan los microrrelatos más cortos, los que consiguen contar mucho en muy pocas líneas. O incluso con pocas palabras. Un buen ejemplo es el microrrelato que dicen que escribió Hemingway, de solo 6 palabras:
Vendo zapatos de bebé, sin usar.
¿Quién es esa persona? ¿Por qué los vende? ¿Por qué están sin usar? ¿Ves cómo la historia va a apareciendo en tu cabeza como por arte de magia? Ese es el efecto de un buen microrrelato.
En este vídeo vas a escuchar algunos de mis microrrelatos favoritos de autores hispanohablantes. Ah, y quédate hasta el final, porque tú y yo vamos a escribir juntos un microrrelato. ¿Preparada? ¿Preparado? ¡Empezamos!
Microrrelatos en tu bandeja cada semana (más o menos)
Dicen que un microrrelato tiene menos de 200 palabras.
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15 microrrelatos en español
Aquí tienes una selección de microrrelatos en español, además de los que aparecen en el vídeo. Si alguno te gusta especialmente, investiga un poco sobre su autor, que probablemente haya escrito otros.
El dinosaurio (Augusto Monterroso)
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
El rayo que cayó dos veces en el mismo sitio (Augusto Monterroso)
Hubo una vez un Rayo que cayó dos veces en el mismo sitio; pero encontró que ya la primera había hecho suficiente daño, que ya no era necesario, y se deprimió mucho.
Ángeles (Espido Freire)
Apostados cada uno en una esquina de la cama le veían cada noche rezar y dormir. Una vez quisieron mostrarse. El niño rompió a gritar y su madre trató de convencerle de que los monstruos no existían. Ellos bajaron la cabeza, avergonzados, y ocultaron su fealdad tras sus alas.
La clepsidra (Javier Puche)
Perseguido por tres libélulas gigantes, el cíclope alcanzó el centro del laberinto, donde había una clepsidra. Tan sediento estaba que sumergió irreflexivamente su cabeza en las aguas de aquel reloj milenario. Y bebió sin mesura ni placer. Al apurar la última gota, el tiempo se detuvo para siempre.
* Por cierto, de este microrrelato hablamos en el directo sobre palabras bonitas en español.
Carta del enamorado (Juan José Millás)
Hay novelas que aun sin ser largas no logran comenzar de verdad hasta la página 50 o la 60. A algunas vidas les sucede lo mismo. Por eso no me he matado antes, señor juez.
Mensaje (Thomas Bailey Aldrich)
Una mujer está sentada sola en una casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Golpean a la puerta.
Fantasma (Patricia Esteban Erlés)
El hombre que amé se ha convertido en fantasma. Me gusta ponerle mucho suavizante, plancharlo al vapor y usarlo como sábana bajera las noches que tengo una cita prometedora.
Un sueño (Jorge Luis Borges)
En un desierto lugar del Irán hay una no muy alta torre de piedra, sin puerta ni ventana. En la única habitación (cuyo piso es de tierra y que tiene la forma de círculo) hay una mesa de madera y un banco. En esa celda circular, un hombre que se parece a mí escribe, en caracteres que no comprendo, un largo poema sobre un hombre que en otra celda circular escribe un poema sobre un hombre que en otra celda circular… El proceso no tiene fin y nadie podrá leer lo que los prisioneros escriben.
Una inmortalidad (Carlos Almira)
El poeta de moda murió, y levantaron una estatua. Al pie grabaron uno de los epigramas que le valieron la inmortalidad y que ahora provoca la indiferencia o la risa, como la chistera, el corbatín y la barba de chivo del pobre busto. El Infierno no es de fuego ni de hielo, sino de bronce imperecedero.
Abril (Beatriz Alonso Aranzábal)
Me senté en la última fila del autobús escolar, suplicando baches. Por fin salíamos de excursión toda la clase, y mis compañeras se regocijaban en sus asientos, mientras piropeaban al conductor. La profesora decía que la primavera no tiene remedio. Unos días antes yo había hecho el amor por primera vez. Sin precauciones.
Calidad y cantidad (Alejandro Jodorowsky)
No se enamoró de ella, sino de su sombra. La iba a visitar al alba, cuando su amada era más larga.
La manzana (Ana María Shua)
La flecha disparada por la ballesta precisa de Guillermo Tell parte en dos la manzana que está a punto de caer sobre la cabeza de Newton. Eva toma una mitad y le ofrece la otra a su consorte para regocijo de la serpiente. Es así como nunca llega a formularse la ley de la gravedad.
Amor 77 (Julio Cortázar)
Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.
Literatura (Julio Torri)
El novelista, en mangas de camisa, metió en la máquina de escribir una hoja de papel, la numeró, y se dispuso a relatar un abordaje de piratas. No conocía el mar y sin embargo iba a pintar los mares del sur, turbulentos y misteriosos; no había tratado en su vida más que a empleados sin prestigio romántico y a vecinos pacíficos y oscuros, pero tenía que decir ahora cómo son los piratas; oía gorjear a los jilgueros de su mujer, y poblaba en esos instantes de albatros y grandes aves marinas los cielos sombríos y empavorecedores.
La lucha que sostenía con editores rapaces y con un público indiferente se le antojó el abordaje; la miseria que amenazaba su hogar, el mar bravío. Y al describir las olas en que se mecían cadáveres y mástiles rotos, el mísero escritor pensó en su vida sin triunfo, gobernada por fuerzas sordas y fatales, y a pesar de todo fascinante, mágica, sobrenatural.
El nacimiento de la col (Rubén Darío)
Y después de hacer todo lo que hacen se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.En el paraíso terrenal, en el día luminoso en que las flores fueron creadas, y antes de que Eva fuese tentada por la serpiente, el maligno espíritu se acercó a la más linda rosa nueva en el momento en que ella tendía, a la caricia del celeste sol, la roja virginidad de sus labios.
-Eres bella.
-Lo soy -dijo la rosa.
-Bella y feliz – prosiguió el diablo-. Tienes el color, la gracia y el aroma. Pero…
-¿Pero?…
-No eres útil. ¿No miras esos altos árboles llenos de bellotas? Ésos, a más de ser frondosos, dan alimento a muchedumbres de seres animados que se detienen bajo sus ramas. Rosa, ser bella es poco…
La rosa entonces –tentada como después lo sería la mujer- deseó la utilidad, de tal modo que hubo palidez en su púrpura.
Pasó el buen Dios después del alba siguiente.
-Padre –dijo aquella princesa floral, temblando en su perfumada belleza-, ¿queréis hacerme útil?
-Sea, hija mía –contestó el Señor, sonriendo.
Y así vio el mundo la primera col.
¿Quieres más microrrelatos? En este artículo de Inteligencia Narrativa tienes algunos más. Echa un ojo también a la sección de comentarios, hay algunas historias muy buenas.
No es un microrrelato, pero…
Para terminar, te invito a ver esta preciosa historia de Eduardo Galeano, otro maestro de las historias cortas.
¿Te han gustado los microrrelatos? Pues ahora es tu turno. ¿Te atreves a escribir uno en los comentarios? Si quieres que lo incluya en este artículo, recuerda poner tu nombre y el título del microrrelato.
Hola Borja,
Yo ya estoy inscrita y me gustaría obtener los mejores microrrelatos.
Si están en la tienda me gustaría comprarlos.
Hola, Martha, por ahora los únicos microrrelatos de la web son los 15 que hay en ese artículo. (y el tuyo también, si te animas a escribir uno en los comentarios 🙂
En la tienda a lo mejor te interesa la unidad didáctica sobre misterios de España y el mundo.. Ahí aparecen varios misterios de España, y de otros lugares, algunos escritos por mis estudiantes: https://borjaprofe.com/tienda/unidad-didactica/misterios-de-espana-unidad-didactica/
Un saludo
Borja
Hola Borja,
Muchas gracias por este artículo, me encanta.
Aquí está mi contribución al la lista de microrrelatos.
Un saludo, Alie Rula
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Con mucho gusto.
Por la ventana vi a una niñita, con los labios y dedos rojos y pegajosos. Rodeada de huesos de cereza, estaba sentada en el suelo del salón al lado de un tazón vacío.
“La pesca”
Después de casi un día sentado en su bote esperando paciente, al fin sucedió. Luchó intensamente para lograr tenerlo en sus manos. Desprendiéndolo del anzuelo lo levantó en el aire lanzándole una mirada de maravilla y satisfacción. Un pensamiento que cruzó su mente lo ayudó a decidirse en solo segundos: “No estoy obligado a comer este extraordinario pez solo porque haya mordido mi anzuelo” y sin más, lo devolvió al mar de donde antes lo había sacado.
TANTO
Salió de la cocina y de aquella casa muy tranquila. Tanto, que la comida empezaba a quemarse y un pequeño incendio se gestaba mientras ella abandonaba a ese hombre, su esposo, que la había hecho sufrir tanto.
Se sentó a mi lado, en la gran pantalla del cine Troya ardía; pero ese infernal incendio pareció un cerillo al compararlo con el fuego que me derretía
No supe si murió Aquiles… Yo morí un poco cuando al buscar a mi lado solo había una húmeda butaca vacía
EL TIEMPO NO CURA LAS HERIDAS
Mi nieto de tres años, pausaba de jugar y me miraba, así varias veces, hasta que me preguntó, Abu, ¿por qué te salen lágrimas?. No quise mentirle. Porque muchas veces me aguanté de llorar, le contesté.