Profesor de español recibe una inesperada “lección” sobre cómo dar clases por parte de un estudiante que le hizo cambiar todo lo que pensaba saber sobre educación

El de la foto soy yo en Nicaragua a punto de tirarme en trineo por un volcán.
Igual te estás preguntando por qué, y qué hago sujetando un pez gigante. Ahora te lo explico, pero antes deja que me presente.
Me llamo Borja, soy profe de español online y hago dos cosas: ayudo a estudiantes intermedios a mejorar su español y a profes de español a hacer más divertidas sus clases. A eso es a lo que dedico casi todo mi tiempo, y me encanta.
Aunque te aviso.
No enseño movimientos especiales como el maestro Miyagi ni tengo poderes mágicos como Dumbledore. Ni siquiera soy (tan) sexy como Indiana Jones. Pero hay una cosa que se me da muy bien.
Y es proyectar imágenes en tu cabeza que no se borran.
Eso lo aprendí gracias a uno de mis primeros estudiantes. Se llamaba Martin y también era profesor, pero uno muy particular. El tío había inventado una forma de enseñar idiomas a través de la lengua de signos.
Sin pizarras y tiza
Sin libros ni cuadernos
Sin internet
Sin necesidad de saber el idioma del estudiante
Solo con las manos
Se dedicaba a viajar por el mundo ayudando a academias con pocos recursos. Cuando lo conocí ya había llevado su método a Laos, Indonesia, Tailandia, Ghana y otros países que no recuerdo. Su siguiente destino era Guatemala, y quería aprender español antes de llegar.
Por suerte, una amiga en común nos puso en contacto.
En ese momento yo llevaba unos meses viviendo en Nicaragua, y tenía un par de semanas de experiencia con las clases online de español. De hecho, las primeras clases las di con el ordenador encima de la maleta y la maleta sobre la cama.
Imagínatelo, una súperestrella de la educación como él aprendiendo con un novato como yo. El caso es que empezamos a trabajar juntos, y las cosas iban bastante bien.
Un día estábamos hablando de comidas y le expliqué lo que era un pescado. Entonces, él me dijo:
-No me lo expliques, enséñamelo.
Entonces movió su mano como un pez. Tres movimientos.
-PES-CA-DO
Oh
-PES-CA-DO

Después hablamos del pulpo. Extendió sus dedos y los cerró en un puño.
PUUUUUL – PO
Oh oh
Y así con todo a partir de ese momento. Lo hacíamos para el vocabulario, los verbos, las descripciones, las expresiones… Y empezó a aprender mucho más rápido.
No te estoy hablando solo de que movíamos las manos. Eso no es lo importante. Lo importante es que él dibujaba ideas en mi cabeza y yo en la suya. Y más tarde, empecé a hacerlo con mis otros estudiantes.
Y oye, no solo entendían mejor lo que les explicaba… ¡Es que se divertían mucho más! Lo interesante es que no solo funciona con las manos. Con el tiempo descubrí un montón de maneras diferentes de dar clases divertidas, en las que es mucho más importante entender que memorizar.
Unos años más tarde nació First Hand Spanish, mi forma de compartir contigo otra forma de aprender español. Primero llegó el blog. Luego, la tienda de materiales. Y dentro de poco… Bueno, eso solo se lo cuento a los suscriptores.
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