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Episodio 31. Agotamiento

Hoy toca una palabra usamos bastante en el día a día, pero normalmente no pensamos en ella. Menos mal que a Darren le llamó la atención y la ha enviado al podcast. Por cierto, el episodio de hoy incluye un RETO FÍSICO.

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Hola, hola, ¿qué tal? ¿Qué tal? Soy Borja Odriozola y estás escuchando un nuevo episodio de ¡Palabras! El podcast sobre… Palabras. Y te cuento antes que nada que hoy estoy un poquito nervioso (en el buen sentido) porque en cuanto termine de grabar este episodio voy a ir a ver una casa para alquilarla, que es una casa, un piso en realidad, que me encanta. Y nada, espero que todo salga bien y poder llegar a un acuerdo con la dueña. En el próximo episodio te confirmo si he conseguido el piso o no. Y ahora sí, nos vamos a la palabra del día, que nos la envía Darren:

Hola Borja y hola a todos. Me llamo Darren. Hace poco yo encontré la palabra agotamiento. A mí me gusta el sonido de esta palabra y de la palabra relacionada agotador. Estoy un poquito curioso sobre sus orígenes. Muchas gracias.

Gracias, Darren. Si has escuchado los otros episodios y tienes buena memoria, igual te suena el nombre de Darren. Y es que él envió la palabra de hallazgo, que al igual que agotamiento, son palabras que aparentemente no dicen mucho pero que ocultan cosas especiales. Así que vamos a ver qué oculta el agotamiento.

Empezamos por su origen.

Y es que agotamiento o agotar (el verbo) viene de la palabra gota. ¿Cómo? ¿No sabes lo que es una gota? Pues escucha:

Tuit, tuit, tuit.

¿Eso que cae del cielo? Pues eso es una gota. Y por eso agotar significa consumir algo hasta la última gota. Por ejemplo, en verano es típico leer noticias del tipo “hay peligro de agotamiento de las reservas de agua”. Pero agotamiento y el verbo agotar se pueden utilizar para muchas cosas más. De hecho, lo usamos mucho para expresar que estamos muy cansados, que hemos perdido hasta la última gota de nuestras energías. Y al final de todo, del audio te voy a poner un buen ejemplo. Pero antes hablemos de qué otras cosas pueden sufrir de agotamiento en los últimos años.

Otros tipos de agotamiento

Es muy común relacionarlo con la tecnología, por ejemplo, con los teléfonos móviles. Cuando no te queda espacio en la memoria puedes decir que la memoria se ha agotado. También puede agotarse tu batería. Por cierto, existen dos tipos de personas en el planeta los que esperan hasta el último segundo para cargar el móvil cuando ya está al 2%. O los que cuando ven que baja un poquito la batería, que está al 90%, ya lo ponen a cargar. ¿De qué tipo eres? Yo soy de los primeros y a mi novia le pone nerviosísima. Pero sigamos con agotamiento.

Te he dicho que podemos hablar de agotamiento, de fluidos, de agotamiento físico, de baterías y esas cosas. También de recursos naturales. Esto es fácil de entender, ¿no? Si una región tiene oro, plata o cualquier mineral, cuando empieza a ser más escaso, decimos que se está agotando. Pero algo interesante es que el agotamiento también puede usarse con ideas más abstractas, sobre todo con la paciencia, que yo creo que tengo bastante paciencia, pero no es inagotable.

¿Y es que hay pocas cosas inagotables en esta vida, verdad? Incluso este podcast que va a tener 100.000 episodios terminará algún día. Es decir, se agotará o te agotarás tú de escucharlo. Bueno, ahora que lo pienso, hay una cosa que sí es inagotable y es la estupidez humana. Pero eso lo podemos mencionar otro día, si quieres que hable de la palabra estupidez.

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Agotamiento físico: el reto mortal

Y ahora sí, hablemos de agotamiento físico y del ejemplo que te mencionaba al principio. Y es que da la casualidad de que tengo bastantes estudiantes que son muy deportistas. No deportistas profesionales, pero en su día a día entrenan, hacen pesas, corren… Gente muy activa y muy sana, vamos. Entonces, de vez en cuando hablamos de ejercicios físicos, y una vez uno de mis estudiantes decidió retarme a un duelo.

Elegimos algunas actividades físicas y decidimos grabar un vídeo, cada uno haciendo esas actividades para luego comparar y ver quién había ganado. Lo divertido es que cuando conté este reto a mis otros estudiantes deportistas decidieron unirse y al final lo hicimos entre cuatro personas, creo.

Fue muy divertido y además la victoria estuvo muy repartida, porque cada estudiante ganó en una categoría diferente. Yo por ejemplo gané en el reto de las sentadillas, que es un ejercicio de piernas que consiste en agacharse con la espalda recta. La palabra sentadilla la podemos mencionar otro día en el podcast, por cierto. Bueno, pues el reto era hacer 200 sentadillas en menos de cinco minutos.

Lo conseguí al límite, pero lo mejor de todo (o lo peor para mí) es que al día siguiente no podía ni caminar. Fue horrible. No había tenido tanto dolor y tanto agotamiento en las piernas en mi vida. Así que supongo que el mensaje de hoy es que no hay que aceptar retos físicos. De hecho, ni siquiera hay que hacer ejercicio físico, porque agota.

Nos escuchamos en el próximo episodio. Espera otra cosa: recomienda este podcast a todos tus amigos, vecinos, familia, recomiéndalo hasta el agotamiento. Nos escuchamos en el próximo episodio, ahora sí. 

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