Lección de storytelling de la muñeca de Kafka
Ojo, porque a nada que prestes atención, lo que vas a leer ahora puede mejorar MUCHO tu capacidad para contar buenas historias.
Dicen que Kafka, el autor de La metamorfosis, se encontró a una niña llorando desconsolada en el parque.
Al verla tan triste le preguntó qué le pasaba.
— He perdido mi muñeca.
— ¿De verdad? ¿Cómo lo sabes?
— Soy cartero de muñecas y estoy seguro que la próxima semana recibirás una carta suya.
En las semanas siguientes Kafka empezó a entregar cartas “escritas por la muñeca” en las que le contaba sus aventuras.
Que había ido a París y al subir a la torre Eiffel y ver las nubes se había sentido sola, y que ojalá estuvieran allí las dos juntas.
Que el mundo era más grande de lo que imaginaba, y que desde el suelo se veía todo muy diferente que cuando la llevaba en brazos y que la echaba de menos.
Que había conocido a un muñeco muy guapo y gracioso, aunque no era su tipo.
Que el muñeco y ella estaban locamente enamorados y querían tener muñequitos.
Que aunque la quería mucho, era el momento de que las dos viviesen su propia vida.
Que nunca la olvidaría y la querría siempre, siempre, siempre.
Bien. Volvamos a la primera carta.
Imagina que al abrirla, la niña se encuentra con algo así:
¡Ya está en todas las tiendas Mimí, la muñeca que hace pipí, popó y dice mamá por solo 25 chelines!
¡50 % de descuento solo hasta el viernes! ¿De verdad te vas a perder esta oportunidad?

Quizás te parece un chiste, pero la mayoría de mensajes comerciales son así.
¿Crees que le habría interesado a la niña?
¿No?
Yo pienso que habría arrugado el papel y se habría sonado los mocos con él.
Porque ella no buscaba una muñeca que hiciera pipí o popó, lo que quería era superar la pérdida de su compañera.
Por eso la historia que te he contado pone los pelos de punta y lo segundo es basura de la que llega a tu buzón todos los días.
Porque una está escrita desde la cabeza de la niña y la otra desde el bolsillo del anunciante.
Todo esto lo conté la semana pasada en Madrid, en una charla para academias y agencias que quieren captar más (y mejores) estudiantes.
Ahora, mi querido, querida, queridu suscriptor, te hago la misma pregunta que a ellos:
Cuando escribes a tus potenciales estudiantes, ¿qué les cuentas?
¿Les hablas de muñecas nuevas o de aventuras?
¿Hablas de descuentos o transmites emociones?
¿Les aburres o les dejas deseando abrir la siguiente carta?
Que a lo mejor eres de los que piensa que lo de contar historias es una tontería…
y que con ser buen profe y describir con detalle cómo son tus clases es suficiente.
Si es así, lo respeto, aunque en ese caso no tengo mucho que aportarte.
Pero si quieres recibir ideas, historias y recursos interesantes cada día para conectar más con tus estudiantes, apúntate a:
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