Si te has puesto a la defensiva al leer el asunto de este email, atiende, que igual cambias de opinión. El otro día hablaba con un estudiante sobre El principito y me dijo que no le parecía tan buena como la gente dice. Atención a lo que me dijo (parafraseando):

Ahora seguimos, pero antes lo mismo te interesa suscribirte

Con El principito lo que me pasa es que tengo todo el tiempo la sensación de leer a un adulto hablando de la infancia, no a un niño. No refleja la forma de pensar o de sentir de un niño, y eso me saca del libro.

Por eso prefiero mil veces más la Historia Interminable.

En ese momento mi cabeza hizo CATAPUMCHIMPUM.

Primero, porque la Historia Interminable es el primer libro que leí en mi vida y pocos me han marcado tanto.

Y segundo porque tenía toda la razón.

Aunque los dos son obras maestras de la literatura, tienen una diferencia vital:

Ningún niño quiere ser el Principito, pero todos hemos querido ser Bastian Baltazar Bux alguna vez.

Y es que El Principito te enseña grandes lecciones, mientras que La Historia Interminable te hace vivirlas.

Por eso uno lo visitas y en el otro querrías vivir.

Por eso uno tiene una película estupenda y el otro es inadaptable.

Y por eso también La Historia Interminable puede darte ideas para conectar con tus estudiantes y que aprecien de verdad todo lo que van a conseguir trabajando contigo.

Otra forma más sencilla es pasarte por aquí:

Asesoría para tu proyecto

Un saludete interminable
Borja

Me gustaría saber qué pasa realmente en un libro cuando está cerrado. Naturalmente, dentro solo hay letras impresas sobre el papel, pero sin embargo algo debe pasar, porque cuando lo abro aparece de pronto una historia entera.

¿No se te ponen los pelos de punta?

* Neverending stooooooory. Ah ahhh ahhhh…