Anoche soñé con el dictador de Corea del Norte.

Perdón con el Brillante Camarada, no se me vaya a ofender alguien.

En el sueño, el amigo Kim nos tenía a mí y a un viejito de la India de esclavos editando documentales. La cosa funcionaba así:

Nos daba la grabación de algún desfile o inauguración en la que había participado y teníamos que hacerlo medio digerible.

Para ser un trabajo forzado la verdad es que no estaba tan mal.

En uno de los vídeos, una señora abrazaba a Kim llorando a pleno pulmón mientras el pobre intentaba escapar. Teníamos orden de eliminar ese tipo de escenas (ahora que lo pienso, posiblemente a la señora la eliminaron también).

Aparte de los documentales, Kim también había rodado una peli estilo Hollywood con él mismo de protagonista y pensaba estrenarla pronto.

Bueno, pues estaba tomando un té con el señor de la India cuando se me ocurrió una idea:

Oye, ¿y si al principio de este documental metemos un trailer de la peli de Kim Jong Un? Seguro que a Kim le mola la idea y va a ser mucho más divertido editar un trailer que estos documentales. Hasta podemos meter la música que nos de la gana, porque aquí nadie nos va a denunciar por derechos de autor.

Me quedé sin saber lo que pensaba el viejo de la India, porque en ese momento me desperté… ¡Qué rabia!

Vale, ya no era un esclavo de Corea del Norte, pero me había quedado con unas ganas tremendas de hacer ese tráiler.

Al menos, todavía podía hace algo. ¿Lo qué?

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P.D.1. Otro día te cuento lo de cuando conocí al representante de Corea del Norte en España y casi me meto en un lío (true story).